El sector de la automoción tiene un carácter estratégico. Sus niveles de gestión, productividad, innovación, calidad o empleo son determinantes para valorar el desarrollo de las economías más avanzadas. Territorios como el País Vasco juegan un papel muy interesante porque poseen una tradición industrial relevante relacionada con automoción que les hace altamente competitivos en distintas funciones, tecnologías y productos, y les convierte en aliados estratégicos de sus clientes a escala global.
El ecosistema de movilidad está formado por fabricantes de vehículos y autobuses y por más de 300 empresas de componentes de automoción. Estas empresas disponen de unas 340 plantas en el extranjero. Desde el punto de vista del empleo, son 38.000 personas trabajando de manera directa en Euskadi y otras 100.000 fuera de las fronteras. Además, su facturación conjunta supera los 25.000 millones de euros, sin tener en cuenta a Mercedes y al resto de la cadena de valor.